La Industria del Cine






 Industrias Cinematográficas. La cinematografía constituye una de las industrias más importante de bienes de consumo, de origen reciente y que generan mayor cantidad de economías externas, que inciden en una serie de actividades, desde las publicaciones gráficas hasta la industria de confección, abarcando buena parte de los bienes de consumo
El film, eje central de la industria cinematográfica, reviste la característica de ser un producto de consumo masivo. La cinematografía como fenómeno económico presenta dos peculiaridades: a) la demanda de filmes es una demanda dirigida, por tanto no libre; b) se trata de una industria ligada a la evolución de las condiciones técnicas incluso sociales de este siglo XX. La industria cinematográfica se inicia con una carácter acentuadamente artesanal en las postrimerías del s. XIX y principios del s. XX. En una primera etapa, que abarca hasta la I Guerra Mundial, la industria cinematográfica se enfrentó, por un lado, con la escasez de película virgen y, por otro, con una oferta escasa para hacer frente a una demanda débil. La distribución de los filmes se realizó en esta primera etapa a partir de los productores, que suministraban filmes directamente a los exhibidores, a menudo ambulantes.

Con más de un siglo de existencia, resulta difícil hablar de películas sin entender que, detrás de todos los cientos de miles de títulos, existe una industria muy activa que es la que pone en marcha los mecanismos necesarios para que una idea concluya en una obra que tendrá una difusión en los espacios que le son propios.


La estructura que sostiene esta industria, que abordamos más extensamente en diferentes bloques de Media-Cine, cuenta con tres pilares fundamentales: la producción, la distribución y la exhibición. El primer pilar no sólo reúne a todo un conjunto de empresas y personas físicas que son los que ponen en marcha —buscando su financiación- un proyecto, sino que además disponen de un amplio repertorio de empresas, denominadas auxiliares, que son las que hacen posible que ese proyecto pueda ser realizado; se debe contemplar en este sentido a las firmas encargadas de suministrar el vestuario, el atrezzo y mobiliario, los equipos eléctricos, de cámaras, etc. Además este sector cuenta con empresas de servicios de publicidad y marketing de cara a la promoción de sus rodajes y estrenos. Estas empresas también colaboran con otros sectores.

La distribución, por su parte, no sólo se encarga de hacer circular las películas por el máximo de salas posibles, sino que también debe asumir tareas de promoción y publicidad de los títulos que tiene en cada temporada. Estas empresas, las principales, dependientes de la casa matriz estadounidense —se refiere a las multinacionales- se ajustan a los patrones que les vienen dados, adaptándolos al país en el que se mueven. Se suele constituir otra empresa similar para encargarse exclusivamente de las películas que sacan al mercado en vídeo o DVD, tanto en fórmula de alquiler como de venta directa.

La exhibición es el último eslabón de la industria, aunque es considera el primer mercado. Es el sector quizás más fuerte de la industria cinematográfica por cuanto puede decidir —y decide- qué tipo de película se estrena, cuándo y dónde. La tendencia del sector ha sido con el paso de los años la concentración de salas, por entender que en esa concentración favorecería un control más acorde del mercado.

A finales del siglo XX el cine como industria ha ampliado sus fronteras al integrarse en un mercado mucho más amplio, el audiovisual, en el que se integran, especialmente, todos los servicios de televisión que, según los países, pueden reunir a las grandes cadenas, los canales independientes, la televisión por cable y por satélite, etc. No se habla exclusivamente de ventanas de comercialización, sino también de canales de producción, pues desde que la televisión comenzó a necesitar contenidos para cubrir sus programaciones, el sector cinematográfico inició la producción de películas y series específicas para la pequeña pantalla, incrementando su trabajo.

En diciembre último, el Ministerio de Economía y Producción, en el marco de los Foros Nacionales de Competitividad Industrial de las Cadenas Productivas, difundió (incluso en su sitio de Internet) el Plan de Acción 2005-2007, referido a la importancia de las industrias de base cultural en la economía, presentado por su coordinador Martín Raposo, Pablo Perelman y Paulina Seivach (estos últimos, consultores del BID). De sus más de trescientas páginas, entre una sucesión de diagnósticos FODA actualizados (acerca de fortalezas y debilidades en diversas áreas), sobresale uno muy exhaustivo dedicado a cine.


En el sector fortalezas se hace hincapié en la larga trayectoria exportadora del cine nacional (especialmente en América latina, al que define como el "espacio del idioma"), la alta calidad de las producciones, la presencia en festivales internacionales, la creciente profesionalización del sector y la irrupción de una nueva generación de realizadores. Más adelante destaca que, a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, en la TV, existe una tradición asociativa dentro del sector, que la competencia internacional a precios convenientes es favorable, la importancia de una ley de cine en funcionamiento, de la multiplicación de las salas de exhibición en la segunda mitad de la década del 90 (del piso de 300 al que se cayó en la década del 80 ya alcanza a más de 1000) y que desde lo ocurrido en diciembre de 2001 se abarataron sensiblemente las entradas de cine mediante una diversidad de promociones, lo que hizo crecer al sector en contraste con las caídas en las ventas de discos y libros.

Entre las oportunidades del cine, se mencionan la devaluación, que entre otras cosas permite a algunas productoras ofrecer servicios de cine publicitario para el exterior; la excelente formación de los trabajadores del sector; la venta de producciones al exterior, lo que hace que las películas no dependan tanto de la taquilla interna. También habla de la multiplicación de los fondos internacionales que llegan a muchos de los títulos locales, como consecuencia de la diferencia cambiaria, y cita los casos de "Nueve reinas" y "El hijo de la novia", cuyos guiones fueron comprados por Hollywood, un fenómeno que, subraya, podría reproducirse en el futuro. El informe destaca la importancia de la apertura de salas por parte del Incaa en todo el país y en el extranjero y que se está buscando que se parezcan a las ubicadas en complejos (el Incaa estaría a punto de anunciar el reciclaje del Gaumont). Pero también alerta sobre la posibilidad de estigmatización de algunas y sugiere que en esos casos se siga una política de prog




No hay comentarios:

Publicar un comentario